domingo, 16 de junio de 2013

Parador de La Palma

Voy a empezar hablándoles del Parador de la Palma. El nombre quizás suena a seriedad y clasicismo, o incluso clasismo, pero voy a intentar ir quitándoles eso de la cabeza lentamente.

Tal y como le comentaba en mi blog siamés Espumita de Cerveza en el post de Noviembre de 2012, esta isla es conocida como "La Isla Bonita". En La Palma podemos disfrutar de la montaña y del mar, del sol y de la lluvia (o incluso nieve en la época invernal),...todo ello en el mismo día. Teniendo en cuenta que presenta una de las mejores redes de senderos de Europa, las posibilidades de ocio en la naturaleza se despliegan. Otro dato que no hay que pasar por alto es que posee un trozo de cielo de los mejores para la observación de las estrellas, por lo que podemos realizar excursiones con esta finalidad.

Las dos ciudades más grandes son su capital, Santa Cruz de la Palma, en el este de la isla, y por el oeste Los Llanos de Aridane. Además de esto, cuenta con numerosos pueblitos salpidados en las laderas, todos ellos dignos de visitar.

Como mi objetivo no es expresamente hablar del lugar, sino de instalaciones, voy a dejarles aquí abajo un par de direcciones de webs interesantes, para centrarme en lo que me traía por aquí, el Parador de la Palma, una instalación hotelera de cuatro estrellas.

Muchas personas me comentan que no les gusta el emplazamiento del hotel, puesto que está aislado y tranquilo, en una loma desde la cual se divisa el mar en toda su amplitud. Para mí este emplazamiento es idóneo para bajar las revoluciones si lo que quiero es descansar después de una jornada recorriendo todo lo que el día me permita. Los días despejados es posible incluso ver desde allí la isla vecina de Tenerife y su majestuoso Teide sobre las nubes.

Ver mapa de localización

Es una construcción que recuerda a las casas tradicionales canarias, y que tiene un inmenso jardín por la parte trasera, muy atractivo para dar un pequeño paseo.

También cuenta con  sauna, un gimnasio básico, una habitación de esparcimiento con un ordenador a disposición de los clientes, salones de trabajo y una pequeña piscina en un jardín con césped. También hay wifi gratuito.

En la llegada nos recibe un jardín con una fuente central cuyo sonido nos recuerda a los patios árabes, con el continuo gorgoteo del agua. La rodean numerosas especies botánicas, pero destacan unos helechos arborescentes. De las sensaciones más gratas que me aporta este hotel es sentarme relajada en los sillones que rodean al patio. 

Habitación estándar
Las habitaciones tienen una decoración clásica, con maderas oscuras y los típicos verdes de los Paradores. Son muy agradables las que cuentan con balcón hacia la zona del jardín, ya que es otro rincón donde se puede disfrutar de la calma que se extiende por toda la isla. La televisión es plana y, habituados a recibir clientes extranjeros, es posible sintonizar muchos de los canales europeos más conocidos. La habitación cuenta con minibar.



Decoración clásica






En el baño las amenities se componen de jaboncillo, gel de baño, champú, acondicionador, cepillo de dientes, tissues y peine, aunque si necesitamos maquinilla de afeitar o algo más específico, no suelen tener problema en facilitarlo. También tienen secador, aunque no de los modelos más modernos. 













En gastronomía la cadena de Paradores siempre ha destacado, y aquí no iba a ser menos. El desayuno es completo, y lo que más me gusta es la variedad de fruta fresca con la que nos brindan en el principio del día. Bajo pedido y sin coste adicional nos pueden preparar huevos revueltos, fritos, ... o podemos también pedir espresso si el café habitual de los hoteles no es muy de nuestro gusto, chocolate caliente,...


A la hora de la cena, podemos elegir por ejemplo un plato de pasta casera, los paquetitos de queso azul con pera, por 10 euros. Los platos de carne o pescado están sobre los 15 euros.


Tapa diaria de cortesía


Si tienen suerte, podrán ver perenquenes, como se les conoce en Canarias, o salamandras, como le dicen los palmeros. Estos gekkos no son ni más ni menos que pequeños reptiles esquivos de hábitos nocturnos que se dejan ver  ocasionalmente por las paredes del Parador. Sienten verdadera pasión por la buena pintura (algo de lo que el Parador puede presumir), así que no es extraño encontrarlos cerca de los marcos. Si perciben que los descubrimos, rápidamente corren a ocultarse detrás de la obra. Les ruego que si son afortunados y los ven, no traten de hacerles daño, ya que son criaturas indefensas y tímidas que se alimentan de insectos, con lo cual, puede que hasta nos libren de pasar una mala noche por la insistencia de un mosquito hambriento (o una "mosquita", más bien)






Lo mejor de este Parador para mí, sin duda, es la cordialidad. Los empleados son muy accesibles y amables, y echando mano a un tópico, "de los que hacen sentir como en casa". No siento que tenga que estirarme más ni ir de gala por el hecho de ser un Parador, pues es la imagen que muchas personas tienen de esta cadena.



Les invito a pasar un tiempo de relax en la isla de La Palma.






Estancia en Junio de 2013





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